Los motores lineales son una variación del servomotor; trabajan como motores torque, pero son abiertos y están desenrollados. Fueron creados para producir gran fuerza a bajas velocidades e, incluso, detenidos. Por ello, su diseño se basa en la fuerza y deja de lado la potencia.
Para darte una idea de cómo es un motor lineal, puedes imaginar un servomotor giratorio desenrollado. Al no contar con los 360 grados de rotación, debe aumentar la longitud del rotor y el estátor. Así, lo que antes era el estátor, ahora es un forzador (forcer); el rotor, por otra parte, se convierte en un carril de bobina o imán (rail). Con este diseño, la carga se conecta directamente al motor. El movimiento lineal es directo, sin ningún elemento rotativo para la transmisión.
Además de lo anterior, los motores lineales se valen de la tecnología sin escobillas (brushless), la cual ha adquirido popularidad en relación con aplicaciones que involucran temperatura elevada en el rotor o capacidad de control sin realimentación.
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Beneficios de un motor lineal
El diseño de los motores lineales, según lo explicado, trae consigo varias ventajas:
- Se acoplan directamente a la carga de la máquina
- Ahorran espacio
- Permiten eliminar juegos mecánicos
- Disminuyen errores
- Amplían el ancho de banda del sistema
- Aportan mayor repetibilidad posicional
- Ofrecen altas velocidades
- Brindan mayor precisión a altas velocidades
- Son de respuesta rápida
- Aumentan la rigidez
- Funcionan sin mantenimiento
El
menor número de partes mecánicas minimiza el mantenimiento y reduce el
coste del sistema. La tecnología de accionamiento directo intrínseca de
un sistema basado en un motor lineal permite realizar un ensamblaje sin
transmisión efectivo y eficiente.